Las enfermedades intestinales crónicas son un fenómeno multifactorial que muestran desde componentes psicológicos a daño inflamatorio grave de la mucosa intestinal y fallos en el funcionamiento del microbioma intenstinal. En consecuencia, se encuentran diversos enfoques terapéuticos, pero faltan conceptos satisfactorios hasta el momento. El CDB podría ser un complemento importante en tratamientos terapéuticos futuros.
Con el término «enfermedad intestinal crónica» generalmente se entiende las dos enfermedades inflamatorias, la enfermedad de Morbus Crohn y la colitis ulcerosa. No se sabe nada específico sobre su modo de origen. Uno asume un tipo de enfermedad autoinmune, que conduce a trastornos inflamatorios de la función intestinal normal. No es raro que haya también un componente psicógeno.
El tracto gastrointestinal y el centro de estado de ánimo en el sistema límbico están directamente relacionados.
Esto no sorprende, porque hace unos años, la ciencia pudo demostrar que existe una relación directa, es decir, que haz conexiones nerviosas en el tracto gastrointestinal del centro del estado de ánimo en el sistema límbico. Una variedad de mediadores están involucrados en la patogénesis. Las sustancias moduladoras ocupan una posición importante en la patogénesis. Dependiendo de su gravedad, estas enfermedades conducen a deficiencias masivas de la calidad de vida, que a su vez representan un factor de estrés psicológico. El dolor también juega un papel esencial en casos individuales.
Ahora sabemos que los trastornos del microbioma intestinal, es decir, la colonización bacteriana funcional de la mucosa intestinal, pueden tener consecuencias decisivas. Estos van desde la disfunción real con diarrea crónica o malnutrición hasta el aumento de procesos inflamatorios en todo el organismo. Se puede encontrar más información sobre el microbioma aquí.
¿Qué puede hacer el cannabidiol (CBD)?
El CBD junto al THC (tetrahidrocannabinol), es el ingrediente activo más importante en las plantas de cáñamo. Además, esta planta tiene una variedad de otros componentes activos, que se conocen colectivamente con el nombre de cannabinoides. El CDB actua en el receptor CB1 de forma analgésica y anti-inflamatoria (también actúa de forma antidepresiva en dosis altas). Detalles más interesantes sobre el potencial del CDB se pueden encontrar en este artículo.
Con enfermedades inflamatorias, los propios cannabinoides del cuerpo se degradan cada vez más.
Algunos de estos efectos derivan del «sistema endocannabinoide»: tal y como se encuentran endógenos, es decir, morfinas producidas por el propio cuerpo, también se encuentran cannabinoides propios en el organismo. Su función es estabilizar la homeostasis intestinal.
Este término se refiere más en general al equilibrio del sistema intestinal, en el sentido de absorción y de liberación de fluido, la regulación del equilibrio electrolítico y de colonización bacteriana, entre otros. Las enfermedades inflamatorias alteran la sensibilidad de este sistema y producen una mayor degradación de los cannabinoides endógenos o su formación reducida.
La administración exógena de cannabinoides como el CBD podría ser una corrección importante de un equilibrio alterado. Se cree que el receptor CB2 también tiene una influencia directa en el reclutamiento de células inflamatorias.
Psique, dolor e inflamación
Junto con estos efectos anti-inflamatorios en el intestino, el CBD también puede tener efectos de relajación mental y alivio – cualidades también importantes asociados con la enfermedad intestinal inflamatoria crónica. En particular, el componente psicógeno no se trata de forma suficiente. En este sentido, el CBD podría representar otro factor importante en la terapia, sin la necesidad de administrar drogas psicotrópicas de forma masiva.
Los hallazgos realmente verificables son hasta ahora solo un mosaico de investigaciones individuales. Sin embargo, en el área de las enfermedades crónicas masivas, los afectados no esperan hasta que la medicina basada en la evidencia produzca «grandes logros» sino que «prueban» nuevas opciones terapéuticas para sí mismos. De hecho, las imágenes clínicas individuales no siempre son muy comparables y en realidad son muy individuales.
La concentración y la calidad de los aceites de cáñamo son diferentes
En particular, debe subrayarse que los datos aún son insuficientes, a pesar de los primeros enfoques positivos, para poder hacer declaraciones definitivas. Se debe señalar el hecho de que hay una serie de aceites de cáñamo con concentraciones y calidad muy diferentes en CBD, lo que complica la cuestión de dosis.
Una alternativa sería el CBD procesado en cápsulas, que facilita la dosificación y puede garantizar una calidad constante.
Sin embargo, parece recomendable dosificar lentamente y en orden ascendente con la ayuda de un médico.