En el pasado, las sustancias bioactivas de las plantas se entendía como las toxinas de las plantas. Hoy en día, se tiene cada vez más claro lo que estas sustancias son y qué funciones curativas y de protección pueden ofrecer, tales como su acción contra las células cancerígenas.
Las sustancias bioactivas, también conocidas como fitoquímicos, son compuestos biológicamente activos. Se producen en las plantas y tienen diferentes funciones. Por ejemplo, promueven el crecimiento al deteriorar su propio sabor frente a plagas. O atraen pájaros e insectos por sus colores, que luego distribuyen el polen y las semillas. Es decir, aseguran la supervivencia de la planta.
Los compuestos bioactivos vegetales han sido ignorados durante largo tiempo por la falsa suposición de que podían ser venenosos.
Las sustancias bioactivas promueven la salud
Las sustancias bioactivas propias de las plantas, se producen en cantidades muy pequeñas en relación con las sustancias vegetales primarias, que incluyen carbohidratos, grasas y proteínas. Sin mebargo, su significado y función es grande: el consumo de determinadas plantas puede tener propiedades de protección y promoción de la salud también en humanos. Investigaciones confirman que no todos los metabolitos secundarios de las plantas son venenosos.
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De acuerdo con la Sociedad Alemana de Nutrición (DGE) ciertos fitoquímicos en los alimentos ayudan a reducir el riesgo de ciertos tipos de cáncer y enfermedades cardiovasculares. La DGE estima que se consumen aproximadamente 1,5 g diarios de fitoquímicos si se sigue una dieta variada, sana y equilibrada.
Primeros estudios
El cáncer o las células cancerígenas son objetivos de investigación. Se cree que, sobre todo, son responsables de la malignidad de un tumor en términos de tasa de crecimiento y grado de malignidad. El profesor Young Kim y sus colegas del Instituto Nacional de Investigación del Cáncer de Maryland, en los Estados Unidos, publicaron en el «Journal of Nutritional Biochemistry» un estudio que examinó el efecto inhibidor del crecimiento de ciertas sustancias en las células cancerígenas madre. Los efectos observados no fueron específicos de ciertos tejidos u órganos, de lo que se podría deducir que se inhibe un tipo de célula cancerosa primaria.
Los investigadores encontraron efectos contra el cáncer, entre otros, vitaminas A y D, genisteína, EGCG del té verde y la curcumina.
¿Qué tiene efectos contra el cáncer?
El efecto bloque sobre las células cancerígenas madre se encontraton, entre en las vitaminas A y D, genisteína (estrógeno de la planta del grupo constituido por isoflavonas, que está presente en la soja y en el trébol rojo), galato de epigalocatequina (EGCG, un ester de ácido carbónico del ácido gálico – el antioxidante de aproximadamente un tercio de la masa seca del té verde), sulforafano (un isotiocianato , fuerte antioxidante indirecto), curcumina (raíz de la planta de la curcuma), la piperina (alcaloide principal de la pimienta negra y portadora de su sabor picante), teanina (aminoácido en las hojas de té verde y negro) y colina (parte de la lecitina).
Resultados concretos
El EGCG (o catequina de té verde) se estudia ya en pacientes con cáncer de mama, que además de radioterapia, recibieron esta sustancia durante 2 a 8 semanas («grupo de té verde»). Un grupo de comparación recibió solo la radioterapia.
En el grupo de té verde se ha encontrado niveles significativamente más bajos de VEGF (Vaso Endothelial Growth Factor o Factor de Crecimiento Endotelial Vascular) – una molécula de señalización que promueve la formación de nuevos vasos en el tejido tumoral. También redujo la actividad de las denominadas metaloproteinasas-9 y -2, que son esenciales para la invasión tumoral.
¿Qué significa esto para el futuro?
A partir de los conocimientos adquiridos se pudo concluir que, en primer lugar, las catequinas de té verde es una forma prometedora de mejorar la eficacia de la radioterapia en pacientes con cáncer de mama. Por otro lado también podría reducir la dosis de radiación en este tipo de terapias contra el cáncer,