Las grasas pueden ser – disfrutadas con moderación – saludables: El mejor ejemplo de esto son los ácidos grasos omega 3 vegetales. Estos ácidos grasos poliinsaturados contribuyen a la salud del corazón, tienen un efecto positivo sobre los valores de grasa en sangre (colesterol) y también tienen propiedades antihipertensivas. Las semillas de chía, el aceite de linaza, las nueces, pero también los pescados ricos en grasas como el atún, la caballa y el salmón son ricos en ácidos grasos omega 3.
Los ácidos grasos omega 3 no sólo son buenos para los vasos sanguíneos. También pueden ayudar a aliviar los estados de ánimo depresivos, que se presentan en las mujeres más frecuentemente que en los hombres. Aproximadamente un tercio de las mujeres menopáusicas reportan cambios de humor a estados de ánimo depresivos y depresión debido a cambios hormonales.
Cuando los antidepresivos no son una opción
Los medicamentos antidepresivos están fuera de discusión para muchas mujeres menopáusicas. Los ácidos grasos omega 3 ofrecen una forma natural y sin efectos secundarios de contrarrestar las quejas y estados de ánimo depresivos. Ya se han realizado estudios significativos sobre este tema: Investigadores estadounidenses pudieron mostrar que los síntomas depresivos disminuyeron significativamente en mujeres menopáusicas con 2 gramos de ácidos grasos omega 3 diarios durante 8 semanas. Los sofocos también ocurrieron con mucha menos frecuencia.
Los ácidos grasos EPA altamente concentrados puede reducir los signos de depresión.
EPA: La «estrella» entre los ácidos grasos omega 3
El ácido graso omega 3 EPA (ácido eicosapentaenoico) es aún más eficaz contra la depresión: Este fue el resultado de una encuesta (meta-análisis) que evaluó los resultados de 28 estudios internacionales. Esto muestra que los preparados de omega 3 que contienen más del 50% de EPA pueden reducir significativamente los signos de depresión.
Según nuevos hallazgos, la activación de la sustancia mensajera serotonina en partes del cerebro (en el hipocampo) y en la corteza cerebral parece ser parcialmente responsable de los efectos antidepresivos de los ácidos grasos omega 3. Otros estudios han encontrado que los EPA mejoran el flujo sanguíneo del cerebro, lo que a su vez tiene un efecto positivo en el estado de ánimo.