La hiperactividad, el trastorno por déficit de atención (TDAH), es un reto para los profesores, los padres y, por supuesto, para los propios niños afectados. Además de la terapia con medicamentos fuertes, un nuevo estudio muestra que los ácidos grasos omega 3 pueden posiblemente reducir las anomalías conductuales de los niños afectados.
¿Qué es el TDAH o la hiperactividad?
Según estimaciones, hasta el 5% de los principiantes en la escuela padecen TDAH, y la tendencia está aumentando. Los expertos estiman que al menos un niño por clase se ve afectado por el trastorno de atención. Los niños se ven afectados con mucha más frecuencia que las niñas. El TDAH ya puede ocurrir en la edad preescolar.
Por lo general, sólo se convierte en un problema en la escuela cuando se realizan actividades en grupo o cuando se exige la adhesión a ciertas estructuras. Los mayores problemas ocurren cuando los niños tienen que concentrarse durante un período de tiempo más largo y sentarse en silencio. La gravedad de los síntomas varía de un niño a otro.
¿Cuáles son las causas del trastorno de déficit de atención?
El desarrollo del TDAH es principalmente una combinación de factores biológicos, psicológicos y sociales. Una predisposición hereditaria de un padre o pariente cercano, un trastorno metabólico en el cerebro como la falta de sustancias mensajeras como la dopamina y la norepinefrina, así como el estrés en la familia o en la escuela se sospechan como causas.
El 48% de los niños tratados con EPA experimentaron una mejora en su comportamiento.
¿Cómo se trata la hiperactividad?
Además de la farmacoterapia, son necesarias medidas ergo y psicoterapéuticas o educativas. La participación de ambos padres ha resultado útil, al igual que el intercambio con los profesores.
En un estudio con 92 niños afectados, se les administró un ácido graso omega 3 (EPA) durante un período de 15 semanas. Se encontró que, desde el punto de vista de los profesores, los niños con TDAH con anomalías de comportamiento o con hiperactividad débil se beneficiaron de la ingesta de EPA en el área de la falta de atención.
En el 48% de los niños con trastornos del comportamiento, los suplementos de EPA mejoraron significativamente el comportamiento en comparación con el grupo de control sin EPA.
Además del tratamiento farmacológico, la administración de ácidos grasos omega 3 parece ser una opción adicional prometedora. Nuevos estudios también apuntan al hecho de que la ingesta de ácidos grasos omega 3 no sólo mejora el comportamiento y la atención en los niños con TDAH (más información al respecto en este artículo). Un suministro de estos ácidos grasos también es adecuado para niños con trastornos del sueño.
Puede encontrar más información sobre el tema de los ácidos grasos omega 3 en este artículo general.