A pesar de los miles de millones invertidos en investigación, la industria farmacéutica aún no ha desarrollado ningún medicamento contra la demencia. Sin embargo, ciertas dietas con una mayor ingesta de micronutrientes específicos pueden reducir el riesgo de desarrollar demencia. Esto se ha confirmado por datos epidemiológicos.
Desafortunadamente, la demencia y el Alzheimer se están convirtiendo en un tema cada vez más común a día de hoy. En Austria, alrededor de 100.000 personas se ven afectadas por la demencia, en Alemania alrededor de 1,7 millones. Dos tercios de estos son casos de Alzheimer. Debido a la mayor esperanza de vida, se espera que este número aumente a 230,000 o alrededor de 3 millones para el año 2050.
Las observaciones a largo plazo sugieren que la enfermedad de Alzheimer se duplica cada cinco años con la edad. Puede encontrar más información sobre la detección temprana, el diagnóstico y el tratamiento del Alzheimer aquí.
Dado que la enfermedad de Alzheimer causa disfunciones en las sinapsis antes del inicio de la demencia, se pueden tomar medidas preventivas. Que la dieta tiene un gran impacto es innegable, ya que forma un factor preventivo para mantener la capacidad cognitiva en la vejez. El gran potencial de las sustancias vegetales y micronutrientes para combatir el Alzheimer es actualmente el punto de partida de numerosos estudios prometedores.
La nutrición adecuada y la ingesta de ciertos micronutrientes pueden ayudar a prevenir la demencia.
Vitaminas B y homocisteína
El aumento de los niveles de homocisteína se considera un factor de riesgo para el deterioro cognitivo, la atrofia cerebral progresiva, la demencia y la enfermedad de Alzheimer.
La homocisteína es un aminoácido que contiene azufre que se forma como parte del metabolismo y se degrada rápidamente. Los estudios epidemiológicos sugieren un vínculo entre la hiperhomocisteinemia y el rendimiento cognitivo.
Con el fin de reducir el aumento del nivel de homocisteína, la ingesta de vitaminas B6, B12 y ácido fólico puede ser una opción efectiva no farmacológica. Sobre la base de varios estudios, como El estudio VITACoG demostró claramente el impacto de esta intervención en el deterioro cognitivo leve.
El Oxford Project to Investigate Memory and Aging (OPTIMA) en la Universidad de Oxford en el Reino Unido llevó a cabo este estudio con 168 participantes. Se investigó si un complejo de vitamina B de 800 μg de ácido fólico, 500 μg de vitamina B12 y 20 mg de vitamina B6 durante un período de dos años es posible para desacelerar la atrofia cerebral progresiva (pérdida de cerebro).
Para los participantes con niveles elevados de homocisteína, el complejo B desaceleró la contracción del cerebro hasta en un 53%.
El resultado fue claro: la alimentación redujo la tasa de atrofia en un 29,6%. Llama la atención el hecho de que el efecto del nivel de homocisteína es relativo. En el cuartil superior, las tasas de atrofia podrían reducirse hasta en un 53%, pero las de los dos cuartiles inferiores no experimentaron cambios significativos. Esto sugiere que debe haber un nivel mínimo de homocisteína para que la suplementación de vitamina B tenga efectos beneficiosos.
Sustancias vegetales para la minimización de riesgos
Para reducir el riesgo de desarrollar Alzheimer, también se puede confiar en la llamada dieta mediterránea, cuyo efecto se ha probado mediante estudios. Un estudio observacional encontró un riesgo reducido de un tercio. Esta forma de nutrición se caracteriza por una alta proporción de ácidos grasos poliinsaturados y sustancias vegetales antioxidantes.
El resveratrol, un ingrediente activo del vino tinto, también tiene efectos antiinflamatorios y neuroprotectores. Otro candidato es el galato de epigalocatequina (EGCG), una sustancia del té verde. Esto tiene una influencia en las señales celulares más diversas y protege las estructuras de las células nerviosas. Más sobre el té verde aquí.
También vale la pena mencionar la curcuma, el extracto de curcumina y los curcuminoides que contiene porque actúan como eliminadores de radicales libres y así reducen el estrés oxidativo, que puede conducir a la degeneración de las células nerviosas. Puede encontrar más información sobre la curcuma aquí.
La planta más conocida en el uso contra la demencia es además el ginkgo biloba. Según los metanálisis, hay indicaciones prometedoras de que un suministro a largo plazo (es decir, al menos 5 meses) de 200 mg de extractos de ginkgo diarios tiene efectos positivos sobre la demencia.
Un recién llegado entre los fitoquímicos que podrían ayudarnos contra el Alzheimer es cannabidiol o CBD. Este ingrediente activo no psicoactivo de la planta de cáñamo, además de sus propiedades antioxidantes, ya certificó la capacidad de reducir las áreas dañadas del sistema nervioso e incluso la formación de nuevos nervios. Puede encontrar más información sobre el CBD aquí.